Una ronda de mates no tiene precios; no al menos un valor que pueda registrar adecuadamente la economía formal. Pero últimamente ese costo trepó a niveles insólitos y desnudó la contracara de cuánto pueden hacer los delincuentes con la materia prima de la nobleza: la yerba mate.

Siempre digo que el mate es una ronda de encuentro con uno y con el otro. Es la ceremonia de bienvenida más plena y humana de América del Sur. Es una bebida y una infusión plena de virtudes saludables. Elaborar una buena yerba lleva tanto tiempo y cuidados como un buen vino y el proceso se extiende por más de un año. Bien merece que la yerba mate se elabore sabiamente y se pague en consonancia a toda la cadena de producción.

En marzo se reconoció en parte un mejor pago para los recolectores de yerba mate y de 90 centavos por kilo pasaron a $ 1,90. Era un valor justo porque con el precio anterior no cubrían siquiera los costos; menos pensar en una ganancia. Hubo mucha resistencia, pero al fin alguien logró convencer al ministro de agricultura y se selló el nuevo valor. Los que están fuera de la cadena vieron entonces la gran oportunidad para ganar desmedidamente.

Los precios de la yerba mate saltaron, apenas días después de aquel acuerdo, al triple de su valor en las góndolas. Mi preferida yerba Unión Suave, paso de costar $ 6.50 a $ 18 en el chino de la vuelta. Fue indignante. El gobierno llamó a denunciar esos saltos de avaricia angurrienta de la intermediación y, aunque no se supo de sanción alguna a los miles de intermediarios que pretendían asaltar al público, el costo se retrajo.

Esos mismos puestos, ya sean supermercados chinos, nacionales o extra nacionales, lo venden -en estos días finales de abril de 2012- al no tan módico valor de $ 9.50; pero con la condición de que solo se permite llevar un paquete por núcleo familiar que acude al comercio. Los agiotistas se hacen los desentendidos, fingen que no es a ellos a quienes se les habla y apunta. Simplemente alegan que se encarece porque escasea la yerba mate.

El director del Instituto Nacional de la Yerba Mate, Carlos Ortt, sale a responder esa nueva artimaña afirmando que “hay entre 100 y 120 millones de kilos ocultos en algún depósito o en algún eslabón de la cadena de distribución”. Ortt agregó: “Se producen entre 180 y 200 millones de kilos de yerba mate, de los cuales 50 millones se exportan y, a esta altura del año, históricamente se consume entre 20 y 25 millones de kilos”.

Es simple de comprobar: la yerbatera que produce Unión Suave, la compañía Las Marías, presentó en 2011 un nuevo tipo de packaging, un innovador paquete que conserva con más seguridad la integridad de la yerba mate, frente a factores como la humedad o bacterias que pudieran atacarla. Bien, hasta los primeros días de marzo adquirí ese tipo de paquetes. Pero ahora, curiosamente, solo está en las mezquinas góndolas el viejo formato de envase.

¿Dónde están esos nuevos paquetes? ¿qué tiempo de estacionado tienen estos paquetes que ahora aparecen en el mercado? Pero, más  allá de esas trampas que empequeñecen la estatura humana, por la enorme ferocidad de ese modo de robar de algunos, está el enorme salto que hay entre el $ 1.90 que se abonará –se abonará al productor por la nueva cosecha- y cuanto se vende en los mercados urbanos de la Argentina.

Como dijera Carlos Ortt, los supermercados “tienen almacenadas cantidad suficiente para abastecer a la población y a precios racionales”. ¿cuáles son esos precios racionales? según declaró al portal de noticias Misiones On Line: “El kilo de las diez marcas líderes no puede valer más de 18 pesos y el medio kilo puede estar entre 8 y 9 pesos”. Y hay marcas menos costosas, dado que tienen poco agregado de marketing y promoción.

Pero sobremanera como Carlos Ortt subrayara: “avergüenza a los productores yerbateros” saber que el kilo de este producto llegó a venderse a 30 y 40 pesos.