En la sociedad argentina estamos permitiéndonos disfrutar y eso es bueno, muy bueno. Aprendemos a gustar de maneras más humanas, más sensitivas. Lo hacemos con la vida misma, con nuestra sexualidad, con nuestra convivencia, con las comidas y con las bebidas. Nuestras Ceremonias del Mate son eso, precisamente. Y me place entonces destacar esta nota que aparece este Día del Amigo de 2010 en La Nación. Son esos lujos posibles que vamos permitiéndonos. Es el único modo de construir espacios de vida que integren, que democraticen y que nos hagan a la vez degustadores de instantes de felicidad. Instantes que brinda un beso, una mano en mi mano, un sorbo de té, un mate como ritual de tus labios. Por eso celebro esta nota y te propongo que la leas y disfrutes también. Gracias Verónica Dema.