Paradoja: importamos té de origen argentino

Japón compra partidas especiales, en EEUU lo prefieren para beber helado y nos llega té de Ceylan con mix de hojas argentinas

Plantación de té clonal, INTA Cerro Azul, Misiones

En el mercado internacional del té hay variedades argentinas muy preciadas y su volumen exportador crece hasta ocupar el septimo lugar en el mundo. Y fruto de investigaciones del INTA surgen nuevas variedad y formas más ricas de cultivo.

Pero la asignatura pendiente es dar valor agregado al té, que hasta aquí se exporta a granel y paradójicamente luego nos llegan variedades de Ceylan que en verdad tienen un mix con hojas argentinas.

En el centro de las investigaciones sobre el té argentino está la Estación Experimental Agrícola INTA Cerro Azul, a la que el ingeniero agrónomo Sergio Prat Kricun llegó cuando tenía 27 años. Desde 1992 es jefe del Grupo de Trabajo Yerba Mate y Té.

Té, planta clonal, INTA Cerro Azul, Misiones
En té, la Argentina asombró al mundo de los grandes productores, estableciendo nuevas formas de reproducción y cultivo en zonas que en nada se parecen a las originarias de la planta (camelia sinensis) en Asia. Impuso, además, la mecanización y hoy es el séptimo exportador mundial.

El campo de los estudios sistemáticos del té habían comenzado en 1957, refiere Sergio Prat Kricun.  Fue por obra de Renato Quini, un especialista llegado de Italia, que había trabajado en Abisinia (Etiopía) en épocas de la ocupación italiana de ese estado africano.

Los beneficios son evidentes, pero aunque aumentamos el volumen de la producción, no lo hemos hecho en calidad, dice Prat Kricun. En los laboratorios del INTA cuentan con 16 cultivares de té por propagación vegetativa o clonal, que duplican y hasta triplican la produccion tradicional de té seco.

El experto señala que en los estudios se atendio mucho a las propiedades organolepticas (reflejada en la excelente coloración que se ve en la taza). Ese es uno de los puntos que se trabajó en la microplanta para elaborar té, que tiene el INTA Cerro Azul, donde reproducen el proceso industrial y los de mercado.

Eso tiene ya medio siglo de desarrollo y de alli surgieron 16 cultivares con todo lo que conlleva. Pero, como somos argentinos y permanentemente saltamos vallas, producimos mucho pero con baja calidad -somos el séptimo exportador mundial- pero percibimos un promedio de 73 centavos de dólar por kilo mientras que los otros  paises tealeros obtienen u$s 1,10 por kilo, Kenia por ejemplo.

El mejor mercado es EEUU que compra el 50% de nuestras exportaciones. La mayoria es para hacer te frío, que se aromatizan natural o sintetico. Aqui elaboran un producto que no tiene aroma ni sabor pero si un fabuloso color. Es un salvavidas de plomo porque exportamos mas y cada vez ganamos menos. Tenemos que explorar nuevos mercados.

Se trata ahora de llevar todas las prácticas a un cluster tealero -que está en formación a través de 7 cooperativas, el gobierno provincial y nacional (a través de créditos) y el trabajo del INTA para mejorar la calidad y comercialización (hay que saber venderlo, enfatiza Prat Kricun). Es un proyecto que se está desarrollarlo y esperan que en 4 años podrán llevarlo a cabo. Cuentan para ello con una crédito de u$s 4.000.000 concedido por el BID a baja tasa y otros recursos oficiales no reembolsables.

El cluster tealero surgio -año 2001/2002- por un diagnóstico de la cadena yerbatera que derivó en la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate y despues, por apoyo de gente de España, se desarrolló este cluster tealero.

Los españoles se acercaron tras leer un estudio que realizamos y que estaba colgado en la página de la Secretaría de Agricultura. Es curioso como un estudio puede motivar a gente de otra zona a aportar impulso a un trabajo, comenta Prat Kricun.

Otras ventajas comparativas que presenta el té argentino -de acuerdo a trabajos de los ultimos años- señala el importante contenido de poliferones. Los poliferones son componentes de la dieta humana no alimentaria (antioxidantes).

Y hay alta presencia de poliferones en el té negro (que es el grueso de la producción argentina) o el té verde. Y los poliferones son altamente preciados por sus efectos anticancerigenos, anti colesterol  malo y porque facilita la desintoxicación del organismo.

En el mercado mundial del té se asiste a una demanda creciente -el mercado internacional crece 1% anual- y tenemos que explorar e ingresar a los mejores nichos, pero por calidad, subraya Prat Kricun.

En té, la exportación es un commoditie (una mercancía, simple materia prima) que se vende en bolsas de 50 o 60 kilos -con la curiosidad de que algunos de los té importados en la Argentina vienen de Ceilan y tienen componente argentino-.

Las exportaciones de té llegaron en 2007 a unas 74.000 tn y reportaron ingresos por u$s 45 M – el mercado interno (5%) genera unos u$s 20 M por tratarse de un producto terminado – lo que menos vale es el producto a diferencia de todo lo que va agregado -packaging, transporte-. O sea: tenemos en el té un mercado muy grande y solo entregamos un commoditie.

Los asiáticos potenciales consumidores -hay una cooperativa de Ruiz de Montoya – desde la que exportan a Japon en las condiciones que Japon quiere muy exigente en calidad e inocuidad del té.